lunes, 13 de agosto de 2012

FIESTA DE LA VIRGEN DE LAS NIEVES - Patrona de Coracora





Se festeja todos los años el día 5 de agosto, con mucha pompa y solemnidad. Es la fiesta más sonada de la región, pues de todas partes vienen los fieles en peregrinación a visitar a la Virgen y a cumplir sus promesas.

La festividad comienza desde el día 27 de julio, con la Novena de la Virgen de las Nieves, ofrecida por las devotas, auspiciada por la congregación de la Virgen de las Nieves. Este culto se rinde en la Iglesia Matriz todas las noches hasta el 4 de agosto por la noche que termina con la Víspera.

En sí la fiesta comienza el 3 de agosto con la entrada de los Negritos de la Virgen. Lo realizan cinco niños, uno de ellos disfrazado de mujercita: “la negra”, especialmente adiestrados en bailes y cantos alusivos a la Virgen. Hacen el simulacro de llegar desde “Pumahuiri” por el camino que viene de este lugar. Entran a la ciudad a las cuatro de la tarde por la calle principal en sendos caballos blancos con la vestimenta de viaje, junto con todos sus equipajes conducidos en doce mulas y acompañados por el “Panizo” (hombre disfrazado de gendarme antiguo) que les sirve de paje y por el Capataz de Negritos quien es el encargado de presentar a la Virgen. Desmontan en la puerta de la Iglesia y entran a asaludar a la Patrona, con sus cantos y bailes. Este conjunto de niños son los que más alegran y atraen a la fiesta.

El día 4 se efectúa la gran entrada de “Chamiza”, a horas 4 de la tarde, presidida por el Capitán de Chamiza, acompañado por las autoridades y pueblo en general. Esta es una costumbre típica del lugar, pues consisten en cientos de cargas de “retama” en caballos, mulas, llamas y hasta en vicuñas, los cuales hacen entrar por la calle principal de la ciudad en medio de la alegría del pueblo y el tronar de las camaretas y cohetes avellanas. Dichas cargas son conducidas, hasta la Plaza Jorge Chávez, donde las descargan y forman pequeños montones, para quemarlos en la noche, después de la víspera.

El día 5, día de la Patrona, es anunciado a las seis de la mañana con 21 camaretazos, repique de campanas y toque de diana, por la Banda Municipal, la ciudad se engalana con el bicolor y la enseña de la Patria flamea orgullosa en el asta de la Iglesia Matriz. A horas diez de la mañana se celebra la solemne Misa Diaconada en honor a la Virgen ofrecida por el Guionero. Al santo sacrificio asisten todas las autoridades, las congregaciones religiosas, los alumnos de colegios y escuelas, y todo el pueblo en general, henchidos del fervor religioso. A las cuatro de la tarde se realiza la imponente procesión de la Virgen de las Nieves, en la Plaza de Armas, que dura más de dos horas donde concurren todos los fieles de todas las esferas sociales. La procesión transcurre en medio de una exaltación religiosa incomparable: repique de campanas, tronar de camaretas y cohetes, alabanzas de las congregaciones religiosas, cantos de los “Negritos”, música de las diferentes bandas, sonido de los bombos, flautas, tambores y cornetas de los indígenas y por último termina en medio de sollozos y lamentos, manifestación auténtica del fervor religioso.

Los días 6, 7 y 8 son los días de Corrida de Toros, que se realiza en homenaje de la Virgen. Está a cargo del Capitán de Plaza, quién está llamado a efectuar la fiesta taurina lo mejor posible, para lo cual trae los mejores toreros de Lima, acondiciona la Plaza Jorge Chávez y hace todos los gastos que ocasiona su organización. Los Comisarios son los que presentan los toros de muerte en la plaza con elegantes moñas o divisas. Hay años que presentan más de 70 toros de muerte.

Para el mejor éxito de las fiestas patronales, es costumbre, formar una Comisión de Fiestas, auspiciada por el Concejo Municipal, tiene por misión: coordinar la festividad desde el comienzo hasta el fin, hacer imprimir los programas, alegrar y atraer en todo sentido la fiesta, y por último tomar el cargo de cualquiera de los días de la festividad cuando no hay quien pase.

Así pues se celebra la la suntuosa fiesta de la Virgen de las Nieves que termina en el octavo día en que nuevamente sale la Virgen en procesión, como a despedirse de los fieles, quienes lloran y piden su bendición hasta el próximo año.

Monografía de la Provincia de Parinacochas, Tomo II; Lima, Perú, 1951
(Centro de Colaboración Pedagógica Provincial del Magisterio Primario de la Provincia de Parinacochas)